Pasión por Cádiz

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Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mis articulistas preferidos: Mari Carmen García Franconetti


 Cádiz, queridos recuerdos, por Mari Carmen García Franconetti



Cuando mi familia compró la casa en Cádiz, allá por el siglo XIX, todavía teníamos mucho comercio con las últimas colonias. Era de  tres plantas, en la calle José del Toro, 24, (antigua calle de la Verónica), colindante con la calle Rosario. Teníamos cierros y balcones, una amplísima azotea, lugar de especial preferencia por el encanto y serenidad que me reportaba. Un lavadero rectangular con dos lebrillos de barro y refregadores de madera, algo gastados por el uso comprados en el popular Baratillo gaditano hace...¡Uf! (Cuando desembarcaron los fenicios en La Caleta, más o menos).



Las azoteas gaditanas son parecidas a las sevillanas , en tiempos pretéritos,  los "poyetes", son una especie de "muritos" bajos y anchos en que se dividen los tramos de la azotea. Teníamos numerosas variedad de macetas colgadas, preciosas. Mi madre, solía usarlos para "soleá" las ropas, poniendo piedras en las esquinas de las prendas para "blanquearlas" y la levantera no se las llevara y no usar la lejía, (ya estaba inventada la ecología).


Allí teníamos hamacas, búcaro, (botijo en finolis), mesita, etc. donde nos gustaba pasar buenos ratos . Las escaleras de acceso eran de madera, y yo de chica las fregaba todas las semanas con estropajos y jabón verde, el de toda la vida y olía a limpio.

Ahora os contaré cómo era el patio. Por aquellas calendas, al comprar mi antepasado la casa para casarse, el patio tenía diversas puertas, eran accesorias, (especie de almacén para las mercancías, por lo general), ya que debido al comercio de ultramar, allí se depositaban. No eran como los Patios Sevillanos, en aquél entonces. Pero al instalarse mi familia en la casa, modificaron ese uso y lo transformaron en un patio precioso: con dos aljibes de mármol blanco y tapadera gruesa de madera pintadas de color verde, con carruchas, (para sacar agua). La cancela de hierro forjado, muy artísticamente elaborada, con abridor de brillantísimo bronce. Pusieron unos enormes cálices de cerámica trianera y en ellos pilistras, jazmín, gitanillas y una gran palmera en el centro. Con asientos cómodos, mecedoras de rejillas y un gran sofá, una mesita para cuando tomábamos café con Pan de Cádiz, una delicia, 2 columnas por las que mi hermano y yo marineábamos cuando chicos, la cancela desembocaba en una amplia casapuerta, (zanguán en Sevilla). Las puertas de la calle, grandes y pesadas de madera y con un enorme cerrojo para seguridad nocturna.



Al estar en pleno centro de la ciudad, todo está a mano, Cádiz tiene ese encanto, entre otros muchos. Recuerdo que iba con mi madre a la "plasa",(Mercado de Abastos en finolis), por cierto, que se conserva toda la fachada original, que yo alabo la decisión. Desayunábamos los riquísimos tejeringos, (calentitos en Sevilla), de "La Guapa", que ya conocí mayor , pero activa y muy agradable en el trato, con la chispa gaditana que caracteriza a la buena gente de allí. El apelativo, no es casual. En su juventud ganó un concurso de mantones de Manila, celebrado en el Cortijo de los Rosales, (1945), por su belleza y de ahí el mote adecuado. Fue la reina de la masa frita, en sus tres versiones: churros o tejeringos de masa o papa y en tortillitas de camarones, aquella -"Espuma de mar frita"- que le dijo Pemán.



Son vivencias que jamás olvidaré, intensas y plenas de buenos recuerdos. Mi cariño por Cádiz no sorprenderá al seguidor habitual...Y llevo a gala al deciros que es mi segunda Patria Chica por sentimiento, la primera es Sevilla, por nacimiento y sentimientos.

La casa familiar tuvimos que venderla por el enorme costo que resultaba en seguir manteniéndola, con profundo dolor de mi corazón. Pero me dejó llena de recuerdos entrañables y el disfrute de un tipo de vida que no todos tienen la alegría y fortuna de haber conocido en unas de las ciudades más bonitas y con más historia de nuestro país...

miércoles, 3 de septiembre de 2014

La Perla de Cádiz. Cantaora gaditana

Antonia Gilabert Vargas, cuyo nombre artístico era 'La perla de Cádiz', nació el 9 de junio de 1925, en la casa número 28 de la calle Botica, y murió el 14 de septiembre de 1975, era hija del tocaor Juan Gilabert y la cantaora Rosa Vargas Fernández, Rosa la Papera. El 30 de julio de 1948 contrajo matrimonio con Francisco Torres Tejada, Curro la Gamba, en la iglesia de la Merced y de este matrimonio nacieron Francisco y José.

En 1959 después de participar en el Concurso nacional de cantes de Córdoba se le concede el Primer Premio de Bulerías y Alegrías. En 1960 debuta en Madrid, concretamente en el tablao Zambra junto a Manolo Vargas, Pericón, Juan Varea y Rafael Romero.  En 1961, se organiza el primer Concurso-Festival de Arte Flamenco de Cante, Baile y Toque, decide concursar y le conceden el primer premio especial de Bulerías. En 1962 obtiene el primer premio de bulerías del Concurso nacional de cantes de Jerez.

En 1964, su cante sonaba tanto en Madrid que la contrata Pastora Imperio y su yerno, Gitanillo de Triana, para su tablao El Duende y sus primeras actuaciones son publicadas en la prensa madrileña a toda página, los nombres de cuatro ases de oro del flamenco: Perla de Cádiz, Camarón de la Isla, Trini España y El Güito. Ese mismo año graba el disco Mi niño torero, con la casa Fontana.

En esa década de los 60, era una artista reclamada en los festivales más importantes dentro y fuera de Andalucía. Después de tres temporadas en los tablaos madrileños, interrumpe sus vacaciones de verano y actúa en el Cortijo de los Rosales en el verano de 1965, en la Velada de la Prensa y don Antonio Martín de Mora, le concede la Rosa de Oro. En septiembre de ese mismo año comparte cartel con el Brujo del Carnaval, Paco Alba, trío Los Jinetos, Porrina de Cádiz, Farina de Chiclana, Los Hombres del Mar, Guarino, Pablito de Cádiz, Niño de los rizos, en un evento denominado Gran Parada Gaditana.

En 1968, le conceden el Primer Premio del I Certamen de los Cantes de Cádiz. Un galardón que le entregó el gran cantaor Aurelio Sellé.

Dominó ampliamente los secretos del arte flamenco, aunque destacó por los estilos de su tierra (cantiñas, caracoles, alegrías, bulerías) y su excelente compás y maestría interpretativa. Una peña flamenca lleva su nombre en Cádiz.

No grabó una extensa discografía, pero la que dejó es de gran calidad y va ganando en la estimación de los aficionados a medida que pasa el tiempo.  Su voz fue una de las más bellas de mujer que el cante ha dado.

viernes, 6 de junio de 2014

Las azoteas de Cádiz


Las azoteas gaditanas siempre fueron un lugar con encanto, cobijaban tanta vida como las habitaciones que bajo ellas se escondían.  En Cádiz nunca hubo necesidad de construir casas con tejados, ya que no nieva; así que las viviendas de los gaditanos culminan en una azotea encalada y llena de macetas, aprovechando al máximo toda la zona habitable del edificio ya sean privadas o comunes.

Digamos que tenían establecidas dos funciones primordiales, una de ellas era alojar el lavadero, con sus lebrillos de barro o de zinc en lo alto de sus soportales de madera o mampostería, las tablas para restregar la ropa, los jabones, cubos y demás utensilios que se utilizaban para lavar la ropa de la familia.   Era un lugar comunitario, donde cualquier vecino o vecina podía subir y utilizar en el momento que lo necesitase.
  

El lavadero solía estar ubicado en una esquina, y a partir de ahí, por el resto de la azotea, se diseminaban los cordeles atados a las paredes o a algún que otro palo donde se tendía al sol la ropa limpia para que se secase.   Había que estar ojo avizor sobre todo en invierno cuando el cielo apuntaba lluvia, en el momento en que comenzaba a caer agua, se daba la alarma generalizada y toda persona interesada subía rauda las escaleras, generalmente de madera en su último tramo, para recoger la ropa propia y ajena, de forma solidaria.

En muchos lavaderos gaditanos encontraron su lugar de reunión aquellas viejas chirigotas que ensayaban entre sus paredes el repertorio que en tiempo de carnaval ofrecerían a la ciudad. También podían existir en ellas alguna torre mirador desde donde los vigías se esmeraban en ver llegar los barcos de las Américas y poder adelantarse a su atraque y preparar el trabajo de descarga.

Entre sábanas tendidas al sol, las azoteas fueron testigos mudos de niños jugando mientras sus madres se afanaban en la blancura y luminosidad de la ropa, también tendrían muchas cosas que contar acerca de amoríos adolescentes, o confidencias que luego se hacían públicas o no dependiendo de aquella personas que la protagonizaban.

La otra función de las azoteas era recoger el agua de la lluvia y encauzarla hacia los aljibes que había en los patios por medio de canalizaciones y tuberías, para ello, pasado el verano, los vecinos  trabajaban en limpiar y encalar suelos y paredes para que el agua fluyera lo más limpia posible, además, la primera lluvia no se aprovechaba y se dejaba chorrear por los aliviaderos hacia la calle.

Con el paso del tiempo, llegaron las lavadoras, y también el agua corriente a todas las casas, por lo que aquellas funciones dejaron no sólo de ser primordiales sino que desaparecieron, pero no así la azotea que siguió siendo una prolongación de las casas.


Los vecinos tenían ahí un lugar casi paradisíaco en el que se disfrutaba del sol en invierno, de la sombra en verano e incluso de los días nublados mientras que hubiese personas dispuestas a un rato de charla o a compartir en unos platos lo que tuviesen en su casa.

También se utilizaba la azotea para coser en grupo mientras se hablaba por ejemplo de los progresos de los hijos en el colegio, de amoríos conocidos, de discusiones en el mercado, o de lo que se compró en el almacén de ultramarinos a buen precio.  Algunas veces se aprovechaba para rezar el Rosario, o para hacer o ayudar en pequeños arreglos de utensilios caseros, incluso había quien tenía un pequeño palomar, o simplemente la usaban para convivir e incrementar todo lo posible la familiaridad vecinal. 

Ya más adelante alguna que otra muchacha coqueta que de niña jugó en ella,  se adelantaba al sol playero intentando coger algo de color en el rincón más discreto del lugar, mientras un nuevo elemento comenzaba a formar parte de la azotea: la antena de televisión.

Las azoteas no eran un espacio libre al cien por cien, tenían casi un aspecto laberíntico ya que el terreno se dividía con unos pequeños muros de una altura entre 50 y 100 centímetros que eran los remates de los muros de carga del edificio.   A esas pequeñas construcciones en Cádiz se le denominan "poyetes" y aunque físicamente dividían, los vecinos los aprovechaban para unirse aún más si podían, porque eran usados como improvisadas mesas, asientos, o para colocar macetas. Incluso comunicar con azoteas de edificios anexos, por lo que cualquier noticia no sólo corría por la calle sino que también lo hacía de azotea en azotea.  En algunas ocasiones, los patios eran protegidos por una estructura de armazón metálico cuadriculado y paneles de  cristal, llamadas monteras.

Las azoteas solían ofrecer buenas vistas, al mar de forma general, y si no, al cielo, desde ella los vecinos tenían la oportunidad de entrever si habría lluvia o buen tiempo, o de pronosticar el viento que comenzaba a soplar según el movimiento de la ropa tendida.

Hoy día, con la invasión tecnológica, las azoteas conservan mucho de sus orígenes, y siguen a la espera de acoger de nuevo la tradición gaditana forjada por tantos años de existencia.

lunes, 28 de abril de 2014

Mis fotos antiguas de Cádiz

Tres fotos antiguas de Cádiz, inéditas, realizadas en la calle Sacramento, y en las plazas de la Catedral y del Palillero, hechas a primeros de la década de los años cuarenta del pasado siglo XX por miembros de la marina mercante alemana.

Tamaño original 1208 x 1550



sábado, 12 de abril de 2014

domingo, 9 de marzo de 2014

Rosario Cepeda. Gaditana ilustre e inmortal

Rosario Cepeda nació en Cádiz el 10 de Enero de 1756.  Su padre, Francisco Cepeda, fue caballero de la Orden de Calatrava, Alguacil Mayor de la Inquisición y regidor perpetuo de la ciudad.   Su madre se llamaba Isabel Mayo.

Rosario Cepeda fue colaboradora en la prensa gaditana, socia de Honor y Mérito de la Junta de Damas de la Real Sociedad Económica Matritense, de la que también fué secretaria y también de numerosas sociedades culturales de su tiempo; fue regidora honoraria de Cádiz y, por supuesto, escritora y poetisa.  Murió en Madrid en 1816.

A la edad de 12 años, se hizo famosa entre sus contemporáneos por el resultado de un examen público. La preparó durante un año su preceptor, Juan Antonio González Cañaveras y en septiembre de 1768 fue examinada de Geografía, Gramática castellana y latina, Historia, Geometría y Francés.  Rosario disertó en griego, latín, italiano, francés y español, contestando a cuantas preguntas sobre las gramáticas respectivas se le hacían y a más de trescientas cuestiones sobre historia.   Recitó una oda de Anacreonte, tradujo una fábula de Esopo y explicó los Elementos de Euclides, fue la admiración de las personas que presenciaron estas pruebas. Fue la primera mujer nombrada regidora perpetua por el cabildo gaditano.

La demostración de capacidad de Rosario Cepeda en su niñez para aprender disciplinas y diversas materias científicas fue recibida por sus contemporáneos con admiración y su saber se exhibió como si de una rareza se tratara, ya que es un siglo en el que se inicia en España el debate sobre las capacidades intelectuales de las mujeres. También era frecuente que el acceso de las mujeres a la formación intelectual fuera minoritario y privativo a una aristocracia de sangre o de alta economía.   Rosario Cepeda no es una creadora, si no una mujer ilustrada que está presente en los foros culturales de su tiempo.  Como otras mujeres de su entorno social, se formó en música, baile y labores de aguja, pero ella además adquirió conocimientos en lenguas clásicas y modernas, Historia y Geometría, pero estos conocimientos no modificaron sus funciones de ama de casa instruida.

Se casó con el General Gorostiza que la llevó a residir en Madrid. Después de nacer su primer hijo, se trasladan a Madrid. Allí coge fama de mujer culta y Carlos III la elige para formar la Junta de Damas, anexa a la Real Sociedad Económica Matritense.  Cabarrús estaba en contra de la admisión de mujeres en dicha sociedad y Jovellanos a favor.    En 1787 fueron admitidas ella y trece mujeres mas, en un principio se ocupó de la educación, abrió la profesión de maestra a todas las mujeres (hasta entonces sólo podían ser las viudas), les fijó una asignación económica digna, y estableció un examen-oposición para obtener el puesto.

A su marido lo nombran gobernador de Veracruz en 1789, y la familia, desde el puerto de Cádiz marchan a México, allí nació su tercer hijo. Permaneció hasta la muerte de su marido, en 1794.   Rosario vuelve a España con sus tres hijos y se establece en Madrid, continúa en la Junta de Damas, y se encarga, además de la educación, al trabajo en las cárceles de mujeres y en las casas de niños expósitos.    En aquellas cárceles, tanto Rosario como la condesa de Montijo, se emplearon a fondo, por ello han sido calificadas como las precursoras de Concepción Arenal.

Rosario reforma la institución de la casa de los niños expósitos, reduciendo con ello la mortalidad de estos niños del 90 al 50%.   Redactó el Manual de Organización que funcionó en estas casas durante muchos años.

Godoy destierra a la condesa de Montijo y Rosario se pone al frente de la Junta de Damas.  Cuando Napoleón invade España, ella renuncia a su cargo, por lo que el indigno Fernando VII expulsa a los tres hijos de Rosario Cepeda a Francia y ella muere sola el 16 de Octubre de 1816 a la edad de 60 años.

El Ayuntamiento de Cádiz, en uno de los plenos celebrados en 1855 decide dedicarle a Rosario Cepeda una calle en la ciudad, que llega a nuestros días y que espero perdure para siempre.



Quiero con este pequeño artículo, recordar a toda persona que lo lea, la admiración que en su época tuvo Rosario Cepeda, ya que todo su trabajo lo hizo de manera desinteresada, honrada y honesta, también defendió los derechos de todos aquellos que no tenían voz a costa de vivir, ella y su familia, muy por debajo de como vivían otras familias de su estrato social.

lunes, 13 de enero de 2014

Los conventos gaditanos en el siglo XVIII

Los conventos gaditanos alcanzaron una gran actividad hacia la mitad del siglo XVIII debido a que en ellos, aparte de los miembros que formaban la propia comunidad, se alojaban aquellos religiosos que iban a embarcar hacia América.  

De ahí las grandes superficies que estos edificios tenían y que vieron reducidas sus dimensiones en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX debido al avance urbanístico de la ciudad.

El convento de San Francisco tenía en su propiedad lo que hoy vemos, pero también incluía el actual edificio del museo arqueológico que hay a su espalda y la Plaza de Mina, que era la huerta.  También existía un convento de los franciscanos descalzos donde actualmente está el mercado central de abastos y el edificio de correos.   También han visto mermadas sus posesiones los conventos de los carmelitas, mercedarios, agustinos, etc.

Los frailes que venían destinados a misiones estaban hospedados en los conventos de sus respectivas órdenes a la espera de su formación, o del embarque.   El tiempo solía ser variable ya que hasta no estar los suficientemente preparados, no cruzaban el océano.

En los conventos gaditanos, en especial el de los dominicos, independientemente de la formación religiosa propia de la orden, se impartían clases que iban desde matemáticas, astronomía, agronomía, derecho, geografía, medicina, etc., todo ello a un nivel avanzado con el objetivo de que los frailes saliesen a misión lo más formados posible, aparte de ello, también era habitual que parte de la población pudiera acceder a estos centros religiosos que para los seglares no era más que un lugar de enseñanza.

Independientemente de los frailes y monjas que componían el censo de cada convento, existía en Cádiz a mediados del XVIII  una nutrida representación de la iglesia diocesana encabezada por su obispo, el dominico Tomás del Valle, que ejerció durante 45 años desde 1731 hasta 1776.

Para hacernos una idea de la importancia de los conventos gaditanos en esa fecha, valgan estas tres fotos realizadas a la maqueta de Cádiz (1777) por  mi amigo y maestro Manuel Llamas Baúza.  En la número 1 podemos observar tres conventos, con sus respectivos claustros. A la izquierda el convento de Sto. Domingo, en el centro Ntra. Sra. de la Merced y a la derecha Santa María; en la número 2, el convento de Santo Domingo desde un lateral donde se aprecia su grandiosidad justo al lado de la muralla; en la foto número 3, en el Campo del Sur, llamado entonces Muralla del Vendaval, existía el convento de los Capuchinos y la imagen nos enseña el edificio.


Para finalizar, un cuadro con la distribución de la numerosa comunidad religiosa gaditana a mediados del siglo XVIII.  En caso de no poder leer bien dicho archivo, se puede descargar a tamaño original de 760 x 1023.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Mis fotos antiguas de Cádiz

Tres fotos antiguas de Cádiz, inéditas, realizadas en la Plaza de las Flores (O de Topete según la época), hechas a primeros de la década de los años cuarenta del pasado siglo XX por miembros de la marina mercante alemana.

Tamaño original 1003 x 1758

lunes, 21 de octubre de 2013

Mis articulistas preferidos: Elena González.

La Virgen del Rosario de la Capilla de El Pópulo, por Elena González Pérez


La actual Capilla del Pópulo fue proyectada por Alonso de Vandelvira en 1618 y construida entre 1621 y 1624 para dar culto a la venerada Virgen del Pópulo, una de las grandes devociones del Cádiz del s. XVII.

Esta capilla de planta cuadrada (10 x 10 m. aproximadamente) consta de presbiterio y una única nave en la cual se abren dos retablos laterales, uno a cada lado de la misma. Ambos retablos laterales se relacionan con el del presbiterio, obra de Alejandro de Saavedra y fechado en 1656. En origen albergaban pinturas en los arcosolios pero fueron modificados en el s. XVIII para incluir esculturas.

La Virgen del Rosario que nos ocupa preside uno de estos retablos laterales. En una hornacina de estilo rococó posterior, por tanto, a la estructura del dicho retablo. El deterioro por el paso del tiempo y los repintes que se han practicado sobre ella, hacen que a primera vista la imagen disimule la calidad de su factura.

Estamos ante una talla que sigue el modelo establecido por el caposcuole Anton Maria Maragliano en la Madonna del Rosario (1717-1713 h.) conservada en el oratorio genovés de Santa María di Terpi. Si comparamos ambas imágenes vemos como se repite similarmente la posición del Niño Jesús, erguido, sobre la prominente falda angulosa de la Virgen María. El hecho de que las dos imágenes miren a sentidos opuestos confiere mayor dinamismo y teatralidad al conjunto.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Mis fotos antiguas de Cádiz

Una foto antigua de Cádiz: El torreón de las Puertas de Tierra a finales del siglo XIX en una foto de José Reymundo.

Pincha en la imagen (925 x 1536) para ampliar.


sábado, 14 de septiembre de 2013

Playa de Cortadura

La playa de Cortadura se sitúa a la entrada de Cádiz y va desde el límite exterior del Fuerte del mismo nombre, que es una construcción defensiva originaria del siglo XVII, hasta el caño que divide los términos municipales de Cádiz y San Fernando, aunque la zona más utilizada es la que abarca entre los Fuertes de Cortadura y Torregorda.  
  
Es la más extensa de la ciudad con casi cuatro kilómetros de longitud y una anchura de playa seca de unos 60 metros y acumula año tras año el galardón de la bandera azul de los mares limpios de Europa, además de estar certificada por AENOR.   Magnífica para disfrutarla tanto en los baños de verano como en paseos durante el invierno si se gusta de un contacto íntimo con la naturaleza marina.

Formada por un cordón de dunas, primarias y secundarias, con vegetación característica (azucena de mar, grama marina, cardo de mar, barrón, barrilla pinchosa) posee una gran zona rocosa que luce en todo su esplendor en las horas de bajamar, gran parte de estas piedras formaron parte de la vía Augusta Julia de Roma.

Para localizarla en Google Mapas, puedes copiar y pegar esta anotación: 
36.48124 -6.26384



miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Copiar y pegar? ¿O crear y difundir?

Cuando allá por el 3 de Marzo de 2011 decidí abrir un blog dedicado a la ciudad de Cádiz lo hice con la mínima intención de volcar en él lo poco o mucho que sabía de nuestra ciudad, sabía que era un tema bastante monotemático, poco conflictivo y que iba a tener un público bastante concreto, pero aún así decidí seguir adelante, con una mezcla de ilusión, ganas de pasarlo bien, de rellenar tanta soledad, de informar sobre lo que me gustaba, etc.

Con ayuda de libros, folletos, recortes de diario, papeles antiguos que yo tenía, etc, me dedico a redactar textos temáticos de la mejor manera que sabía, añadiendo en algunos momentos cosas que yo sabía de oídas, o que consultaba a personas a las que aún hoy considero maestros míos en la materia.

Poco a poco el blog se va haciendo un hueco en un determinado sector, mi ilusión crece al ver que al menos interesaba a personas que así me lo demostraban con comentarios a cada texto, correos electrónicos, o incluso personalmente cuando me veían por la calle.      También, como administrador del blog, tengo una serie de controles y veo que entran personas de diferentes lugares de la provincia, en este caso localidad a localidad, de Andalucía, de España y del resto del mundo.

Me esmero todo lo que puedo, y los frutos del esfuerzo son las entradas que siguen publicándose, cada vez es más difícil acertar, y por tanto, tiro de personas que me pueden ayudar y de vez en cuando publico artículos de colaboradores, que, como digo un poco más arriba, aprendo mucho de ellos.

El blog está en la red, libre y gratuito, para quien lo necesite.   Hay personas que con él 'matan el gusanillo' de la tierra que les vió nacer, o a la que quieren, y que están lejos de ella, hay quien ha utilizado algún artículo para trabajos personales, veo por las fuentes de tráfico que el blog está enlazado en páginas culturales y en algún que otro colegio.  
 
Otras personas simplemente leen, entran de casualidad, van a un lado o a otro en los enlaces y luego salen; y yo, soy plenamente consciente de todo ello, además asumo todo el uso que puedan hacer del blog al estar en un sitio público.

Lo que sí me gustaría incidir, y con esto termino, es que cuando algunos publiquen algo del blog, literalmente copiado en redes sociales, o en blogs, tengan la consideración, como así hacen la mayoría, de citar la fuente de procedencia, porque no sólo me fastidia que se cuelguen medallas y méritos inmerecidos, sino que al no decir de donde procede, está coartando la publicidad del blog y su divulgación, que es la ÚNICA finalidad con la que nació.

Me alegraría que en vez de copiar y pegar, apropiándose del trabajo de otros, utilizaran sus entendederas para crear cosas nuevas y que se complementara con este blog y con otros dedicados a Cádiz que conviven perfectamente en paralelo con 'Pasión por Cádiz'.






 

lunes, 19 de agosto de 2013

La Virgen del Rosario de Cádiz. Breve historia.



La Virgen del Rosario. Patrona de Cádiz.

Las distintas imágenes de Nuestra Sra. del Rosario.

Si tomamos en consideración que la imagen fundacional está actualmente en la iglesia de San Albano de los Ingleses (Valladolid) son cuatro las imágenes que ha tenido Nuestra Señora del Rosario hasta la actualidad.

- Primera imagen.  La Vulnerata.

La primitiva imagen fundacional era una imagen de talla completa, policromada y estofada, que sostenía una imagen del Niño Jesús en brazos y que desapareció en los sucesos de 1596 . Se desconoce si era vestida con ricos mantos, aunque es posible que no fuera así, puesto que las medidas tomadas por el Obispo don Antonio de Zapata subrayaba la prohibición y uso de los vestidos ajenos en las imágenes de Nuestra Señora. Aquellas que ya poseían sus propios vestidos, no podían adornarlas ni mujeres, ni seglares, ni usar con ellas aceites, tocados ni lechuguillas.

No podían tampoco sacarlas de las iglesias para vestirlas. Estas medidas debían ser cumplidas tanto por las parroquias como por las ermitas y cofradías. Por tanto, es posible que desaparecieran las tallas «de candelero» o de vestir y se realizaran imágenes de talla completa y doradas (HOROZCO, 1598).


- Segunda imagen.

Esta imagen sería la que pasaría al Convento de Santo Domingo desde la ermita del Rosario. Al parecer sería encargada la talla por los «morenos» al poco tiempo de perder la imagen fundacional, siendo de las consideradas «de candelero». Según la tradición esta imagen fue presentada al pueblo gaditano como la misma que había sido ultrajada en 1596 y que había sido restaurada, cosa difícil de imaginar en una imagen de candelero que había sido arrastrada y mutilada, según las crónicas de la época.

La imagen era muy bella y con el rostro algo triste. Se mostraba muy erguida y aunque su mirada era totalmente frontal, en las fotografías conservadas de la imagen se ve como una cierta inclinación de cabeza y ese gesto algo triste que tanto la caracterizaba.  Dataría de finales del siglo XVI (h. 1598 en concreto).

El Niño Jesús es una talla protobarroca que es imposible de fechar y de atribuir, debido a la gran cantidad de repintes que tiene.

Esta imagen de Nuestra Señora del Rosario también tiene una leyenda. Según sabemos entre los días 11 y 12 de mayo de 1931, el Convento de Santo Domingo sufrió el ataque de los asaltantes que saquearon y quemaron todo lo que encontraron en el interior. Entre esas imágenes figuraba la de Nuestra Señora del Rosario, que desapareció en dicho asalto. De la misma se salvaron sus manos y el Niño Jesús, gracias a la intervención  del lego del convento Juan González Fariñas.

Pero… ¿fue realmente quemada la imagen de la Virgen o sólo sufrió desperfectos? En el Boletín Parroquial de Cádiz y su diócesis, en un número extraordinario con fecha 1 de noviembre de 1931 dice textualmente:

“¿Qué es hoy de la imagen? Parece que al menos en parte notable ha sido destruida pero nada nos atrevemos a afirmar. Que existen el Niño y las manos nos consta, de lo demás… el Señor lo sabrá”. 

El rumor corrió por la ciudad no sólo por esas fechas, sino durante años muy posteriores. Además, un dato que veremos en el siguiente apartado, en la imagen del padre Granda, ahondará en la incertidumbre.

-Tercera imagen.  'La rubia de Granda'

Tras la quema de la imagen de Nuestra Señora del Rosario fue sustituida en el culto por una excelente fotografía de la misma, obra del insigne fotógrafo gaditano José Reymundo, que se conserva afortunadamente hoy día. 
 
Un grupo de gaditanos intentó remediar lo ocurrido en mayo de 1931 y se encargó a uno de los mejores escultores y orfebres del momento la realización de una nueva talla. Es muy posi-ble que la iniciativa partiera de la Asociación de Damas Camareras de la Patrona. Fue costeada por la Marquesa de Salobral y Santo Domingo, llegando a Cádiz entre 1932 y 1933.

La imagen la realizó el padre Félix Granda y Buylla, aunque no se basó en la desaparecida, bien porque no quiso o porque no se lo pidieron cuando fueron a encargarle la talla. Fue puesta al culto el 23 de diciembre de 1933, aprovechándose la ocasión también para reabrir la iglesia. Una nota de prensa muy escueta decía:  “Se ofrece en la hornacina una imagen de la Santísima Virgen del Rosario, cuyas manos y el Niño Jesús que sostiene en ellas, pertenecen a la imagen destruida” .

La nueva imagen era bellísima, tallando el padre Granda solamente el rostro, puesto que las manos y el Niño Jesús eran de la anterior imagen. Por tener los ojos azules y el cabello rubio el pueblo, con todo respeto, empezó a conocerla como «La rubia de Granda». Según se decía, era parecidísima a la hija política de la Marquesa de Salobral, Mª Pepa Díez Isasi.

El 8 de marzo de 1936 el templo fue nuevamente saqueado e incendiado, aunque en esta ocasión la imagen había sido convenientemente ocultada, saliendo de su escondite el 26 de septiembre del mismo año.

Como la nueva imagen no caló entre los fieles fue retirada del culto en 1943, pasando a estar durante mucho tiempo en el ropero de la Virgen. La última vez que los gaditanos pudieron contemplarla en la calle fue durante el Corpus de 1969, formando parte destacada de un altar montado delante de la fachada del Ayuntamiento, junto a los Santos Patronos de Luisa Roldán «La Roldana».

Actualmente esta imagen está en Sevilla.

- Cuarta imagen. La imagen actual.

En 1943 se encarga una nueva imagen al imaginero sevillano Manuel José Rodríguez Fernández Andes, artista muy solicitado en su tiempo y muy vinculado a la orden dominica por distintos motivos.

Tampoco esta nueva versión recordaba a la que desapareció en 1931, aunque en el recibo de la cantidad pagada, concretamente 2.500 de las antiguas pesetas que fueron abonadas por el padre prior fray Manuel Crespo, indicaba que se trataba “de una copia fiel de la antigua imagen venerada tradicionalmente en Cádiz y nombrada Patrona de dicha ciudad”.

El 23 de septiembre de 1943 el Obispado de Cádiz autorizaba la bendición y colocación de la nueva imagen de Nuestra Señora del Rosario, a la veneración de los fieles en reemplazo de la que hasta ese momento se veneraba por tal advocación.

El día siguiente fue solemnemente bendecida en su camarín, en el que permaneció oculta tras un velo hasta que fue descorrido para quedar expuesta en pública veneración. La ceremonia fue presidida por el Gobernador Civil don Julio Pérez, el Alcalde de la ciudad, don Alfonso Moreno Gallardo, y otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Por hallarse indispuesto no pudo oficiar en la ceremonia el Ilmo. Señor Vicario Capitular de la diócesis, doctor don Ángel Navarro, haciéndolo el M.I. señor don Francisco Serrano Cid, canónigo canciller del Obispado.

El día 4 de mayo de 1947, Nuestra Señora del Rosario fue coronada canónicamente en una ceremonia celebrada en la plaza de San Antonio de nuestra capital.

Era la primera coronación canónica realizada en nuestra capital.

martes, 6 de agosto de 2013

Ramón Muñoz. Fotógrafo gaditano

 
Ramón Muñoz era un comerciante gaditano bastante aficionado a la fotografía que dejó un legado de más de tres mil imágenes de la ciudad que refleja la evolución de Cádiz durante décadas.
  
Fotógrafo costumbrista de auténtica élite nos ha acercado como nadie una parte de la historia de nuestra ciudad.

 

 

martes, 2 de julio de 2013

Mis fotos antiguas de Cádiz

Una foto antigua de Cádiz: El 19 de Marzo de 1940, Martes Santo, la Archicofradía de Ntro. Padre Jesús del Ecce Homo estrenó el paso diseñado y construido por Antonio Accame.

martes, 18 de junio de 2013

Antiguo nomenclator de Cádiz.

Durante la dictadura del General Franco, en la ciudad de Cádiz al igual que en el resto del país, se cambiaron numerosas calles de nombre.

Fueron eliminados del nomenclátor muchos nombres de calles, plazas y avenidas en numerosas ocasiones en detrimento de nombres populares o mucho más antiguos y se sustituyeron por otros más acordes con el régimen político establecido en España.





En un pleno municipal celebrado en el mes de diciembre de 1979, con los votos favorables de PSOE, PSA y PCE y los de UCD en contra, se cambiaron definitivamente las calles que a continuación se exponen

Para leer mejor los archivos, se pueden pinchar en ellos y ampliar la imagen.

domingo, 12 de mayo de 2013

Una pequeña historia de los Servitas de Cádiz

La imagen de Mª. Stma. de los Dolores, de la Orden Servita de Cádiz cruzó el "charco".... o al menos la idea de trasladar su devoción desde la Tacita de Plata hasta Buenos Aires.

Durante su estancia en Cádiz, la madre del General José de San Martín, la señora Gregoria de Matorras, se hizo bastante devota de la imagen de María Stma. de los Dolores, Servitas, cuando se trasladó a Buenos Aires, se llevó con ella el recuerdo, -no podría ser de otra forma- y allí financió junto a su familia una nueva imagen dolorosa, a semejanza de la que había dejado en la gaditana Iglesia de San Lorenzo.

El 18 de junio de 1750 se creó en la catedral de Buenos Aires la "Hermandad de María Santísima de los Dolores y sufragio de las ánimas del purgatorio", erigida canónicamente el 22 de Septiembre de 1756.


La imagen de la Virgen, es una copia de la que se venera en la capilla de la Orden Servita de Mª. Stma. de los Dolores en la iglesia de San Lorenzo de Cádiz, por resolución del obispo Azamor y Ramírez fué colocada en la capilla "de la testera o frente de la segunda nave a mano izquierda de la entrada de la iglesia por la puerta principal" de la catedral bonaerense.

La imagen fue una donación de don Jerónimo de Matorras, primo hermano de la madre del general San Martín, doña Gregoria de Matorras.

El altar fue objeto de una transformación el año 1948, conservándose el retablo tal cual está hoy en día, sólo que a su pie se colocó una imagen de Cristo yacente, réplica del de la iglesia de San Gregorio, en Sevilla.

Justo al lado de dicha capilla, hay un acceso a un ábside donde se encuentra la tumba del General San Martín, que al parecer, por su condición de masón, no está enterrado en el mismo edificio catedralicio. 







domingo, 28 de abril de 2013

El monumento a San Juan Bosco en Cádiz.

El monumento a San Juan Bosco se erige en la entrada principal del Colegio Salesiano de Cádiz 'San Ignacio', en la Avenida de María Auxiliadora, para conmemorar la beatificación de Don Bosco el 2 de Junio de 1929.   La estatua fué sufragada por suscripción popular entre las que se contaron antiguos alumnos, devotos, simpatizantes y en definitiva muchos ciudadanos y ciudadanas de Cádiz que de una u otra forma querían expresar su gratitud al fundador de la Orden Salesiana presente en la ciudad desde el último tercio del siglo XIX.

El monumento fué inaugurado el 27 de Diciembre de 1931, se dió la circunstancia de que a esta ceremonia no asistió ninguna autoridad civil de la ciudad ya que al estar instaurada la República, su gobierno era laico.    De todas formas, el acontecimiento fué presenciado por los niños escolarizados en el colegio salesiano, y de otras escuelas de la ciudad, aparte de la ciudadanía que se acercó al evento, calculando la prensa del momento en unas 2.000 personas las asistentes.


La escultura, fiel al estilo de la época en la que se elaboró, iba destinada a un país iberoamericano pero por algún motivo no muy bien definido -unos dicen que fué por una revolución política en el país de destino, otro por falta de medios económicos- lo cierto es que, afortunadamente, se quedó en Cádiz gracias a las gestiones de los salesianos de la ciudad.   Es un grupo de tres imágenes, representa a San Juan Bosco en el centro vestido con hábito sacerdotal, a su derecha un estudiante vestido con chaqueta y pantalón sujeta un libro entre sus manos mientras que a su izquierda un niño aprendiz de oficios, vestido con bata de trabajo y con un mazo en su mano izquierda, cruza su mirada con la del Santo Salesiano que a su vez sonríe y sujeta la mano del niño llevandosela a la altura del corazón en un claro gesto de afecto y acogida.   

El monumento es de una gran calidad artística, de mármol blanco de Carrara, y los gestos de las tres figuras son bastante expresivos y elocuentes.  En la base de la estatua se leen los datos relativos al escultor: G. CELLINI. TORINO. MCMXXXI

El basamento es de piedra gris, donde se puede leer su inscripción original en la que reza: "CÁDIZ AL BEATO JUAN BOSCO.  AÑO 1931", no obstante, se colocó en 2004 una placa de bronce escalonada en la que dice: "AGRADECIMIENTO DE LOS JÓVENES A SAN JUAN BOSCO EN EL AÑO DE SU CENTENARIO.  CÁDIZ, MAYO 2004

lunes, 1 de abril de 2013

Mis articulistas preferidos: Moisés Camacho

Memoria gaditana.  La matanza del 10 de Marzo de 1820.

Pasado un año de haberse celebrado el bicentenario de la Constitución de 1812 en Cádiz, donde todos aquellos históricos constitucionalistas fueron colmados con los más altos honores, creo que es justo que se hable de aquellos que murieron por la implantación de dicha Constitución, prestando especial interés en lo que ocurrió en Cádiz el 10 de Marzo de 1820, tras el sexenio absolutista de Fernando VII.


Debemos ponernos en situación; el 1 de Enero de 1820 Riego había proclamado la Constitución de Cádiz en un pronunciamiento en las cabezas de San Juan, hecho que se recuerda como el principio del Trienio Liberal, pero la aceptación por parte del monarca no llegó hasta precisamente el día 10 de marzo de 1820, cuando Fernando VII proclamó la célebre frase de "Marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda Constitucional".
 
Existía en Cádiz un ejército profundamente realista, que contrastaba con el más abierto a la Constitución que se encontraba en San Fernando, sin embargo, la población gaditana era constitucionalista en su mayoría. Se corrieron los rumores los días previos al 10 de Marzo de que pronto el rey juraría la constitución, y así llegamos al día de actos.

Amanecía un día gris en la ciudad, pero el pueblo se lanzó a la calle como ya hizo en 1812, en pro de la Constitución y sus libertades, mancilladas durante los seis años anteriores. Las noticias de las victorias de Riego y del constitucionalismo habían llegado a la capital, y nadie dudó en lanzarse a la calle para celebrar la victoria.       Llegaron a Cádiz representantes de la Real Marina de San Fernando, entre ellos Alcalá Galiano, que fueron aclamados por el pueblo en su entrada por las Puertas de Tierra y por todo el recorrido. Estos iban a reunirse con Freire Andrade, realista, pero que no quería el enfrentamiento armado, sino una solución pacífica frente a los sublevados.

 
El pueblo de Cádiz llenaba sus plazas, mientras desde los cuarteles se escuchaban voces contrarias a la constitución.   En San Antonio para más señas, se había realizado un cartel de madera para emular el letrero anterior de la plaza en 1812, con el nombre de Plaza de la Constitución. La plaza se encontraba atestada de gente que una y otra vez lanzaba vitores de "Viva la Constitución".
 
Freire se negó a encabezar el acto de proclamación de la Constitución, tal como le pidieron algunos oficiales. Sin embargo al ver que la población parecía favorable a tal acto, se mostró de acuerdo en realizarlo, siempre que no se alterase el orden. En esa mañana se reunió con tres representantes de los sublevados (Arco Agüero, López Baños y Alcalá Galiano).
 
En este ambiente de júbilo, que debió ser recordado para Cádiz como un día glorioso, y mientras estaban reunidos Freire y los representantes de los sublevados como hemos dicho, el ejército realista de Cádiz cometió uno de los actos más violentos que jamás recuerdan nuestras calles.  Salieron a las calles primero el batallón de Guías y después el de Leales, y asomaron a la Plaza de San Antonio por varias de las calles que en ella desembocan, atacando con una brutal descarga a los gaditanos que allí proclamaban la Constitución.
 
En un primer momento algunos manifestantes de población se acerca a donde estaba Freire a pedir explicaciones, a los que pide calma, sin conocer ni creerse los hechos que estaban acaeciendo en la cercana San Antonio.
 

Parece, por lo tanto, que no tuvo responsabilidad en la masacre, realizada por tropas realistas que no reconocieron su autoridad, pero Freire, vacilante, presionado por sus tropas, grita vivas al Rey, ordenando a los asistentes el acatamiento del absolutismo. 61 hombres y 10 mujeres sucumbirán víctimas inocentes de la brutal actitud militar.
La ciudad se conmueve, desaloja las calles, se encierra en sus casas; la pesadumbre la acompaña.
 
Muchos son cargados con bayonetas, el ejército al caer la noche marcha vacilante y desorganizado por la desolada ciudad con gritos ebríos de Viva el Rey, mientras la población permanece en sus casas encerradas por el miedo de la descompensada actitud de los que debían de protegerlos. La estampa de Cádiz durante varios días es de desesperación, de miedo y de inquietud. Decía el Diario Mercantil ;

«Hacen fuego las tropas matando, hiriendo y robando a cuantas personas encuentran, sin distinción de sexos, ni edad, haciendo fuego a las casas y saqueando todas las que se hallaban abiertas...».  
Muchos de los sublevados, entre ellos Alcalá Galiano son hechos prisioneros en el cuartel de Santa Catalina.

No será hasta el día 15 cuando se recibieron en Cádiz las Gacetas de Oficio de Madrid donde se informaba de lo ocurrido en Madrid y del acatamiento de la Constitución por parte de Fernando VII, ante lo cual las tropas realistas ya no tenían nada que hacer.
 
Tendrían que esperar los gaditanos al 19 de marzo para que los militares juraran la Constitución, y el 22 de marzo se realizó un solemne funeral por los caídos del 10 de Marzo, empezando también en Cádiz el Trienio Liberal.

Se esperaba justicia sobre los que cometieron tales actos de barbarie contra la población, pero una vez más, la injusticia pudo a la justicia y muchos quedaron impunes.  Sería en 1843 cuando se depositaron en una urna las víctimas del 10 de marzo de 1820, en la sublevación militar acaecida en Cádiz, llevadas luego a la cripta de San Felipe Neri.
 
En los bancos de San Antonio, todavía se pueden escuchar los gritos de miedo y dolor de una población azotada injustamente por quien los dominaba, como siempre pagó el pueblo los platos rotos de un Rey y un ejército fueras de lugar.
 
Vaya este artículo en memoria de aquellos y aquellas que en Cádiz, un día gris, el 10 de marzo de 1820, murieron por aclamar sus libertades y derechos, que fueron silenciados a golpe de bayesta. Descansen para siempre en paz esos héroes sin nombre, y sea recordado este hecho por todos los gaditanos que siempre soñamos por un mundo mejor.
 
 
Bibliografía:
Galiano, Alcalá. Recuerdos de un Anciano. Biblioteca de Autores Andaluces. 2004
Mira Gutierrez, Vicente. La Reconquista de la libertad.
 





viernes, 15 de marzo de 2013

Cádiz según el grabado del archivo de Simancas.

La ciudad de Cádiz en el siglo XVI es heredera de la estructura romana y medieval (tanto la islámica como de la del siglo XIII).

La vista más antigua que se conoce de Cádiz data de 1513. Se encuentra en el Archivo General de Simancas, que figura como “Dibujo de la ciudad de Cádiz sobre un postigo abierto en la fortaleza y muro”

El dibujo, falto de perspectiva, ofrece una panorámica de la Bahía y de la ciudad, de Norte a Sur. Se aprecia la ciudad medieval, que tiene su origen en la villa erigida por Alfonso X sobre los restos de la ciudad romana (nova urbs) e islámica.
La ciudad, que formaba un cuadrilátero de 25 Has., se hallaba situada entre dos barrancos, protegida en tres de sus frentes por una muralla almenada de mampostería y cal, guarnecida por torres de planta cuadrada.
 
A la ciudadela medieval se accedía por tres puertas (hoy arcos). En el Norte la Puerta del Mar (Arco del Pópulo), hacia la Bahía, lo que evidencia que la ciudad estaba orientada hacia el puerto. En esa portada se colocó en 1587 un lienzo de la Virgen del Pópulo, realizado por Antonio Franco. Sobre ella se construyó una capilla, que a partir de 1614 tendría rango de Capilla Real. En el flanco oriental de la ciudad se hallaba la primitiva Puerta de Tierra (Arco de los Blancos), hacia el istmo, en la que se colocó una imagen de la Virgen de los Remedios. La puerta Oeste se llamaría Arco de la Rosa y daba a un arenal, en cuya explanada se construiría en el siglo XVIII la Catedral Nueva. El frente Sur, hacia el mar abierto, no se amuralló ya que al haber arrecifes se estimaba que era inaccesible.
En el dibujo podemos ver a la izquierda de la Puerta del Mar (Pópulo) el Ayuntamiento, que desde la Edad Media ha estado siempre en el mismo enclave. Consta de una torre almenada de cantería, con cuatro arcos en planta baja. Allí estaba la Audiencia.
También se ven dos grandes edificios: la Catedral gótico-mudéjar, con la advocación de Santa Cruz, que tiene su origen en el siglo XIII y que había experimentado diversas transformaciones. Tenía tres naves, con la torre separada del buque de la iglesia, como ahora.
El otro gran edificio es el Castillo, reconstruido en 1471 por Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz. La fortaleza protegía el frente de tierra. Delante del Castillo, hacia la plaza de la Corredera, estaba el Hospital de la Misericordia, origen de San Juan de Dios. También se ve que la muralla tenía barbacana.
A finales del siglo XV la ciudad había crecido extramuros con dos arrabales. El de Santa María, frente a la entonces Puerta de Tierra, en torno a una ermita de ese nombre, erigida en 1467, en la que en 1527 se establecerían las franciscanas concepcionistas descalzas. El otro arrabal, hacia el Oeste, frente a la que se llamaría Arco de la Rosa, nació en torno a otra ermita, erigida en 1466, en el solar de la actual iglesia de Santiago, que sería colegio de la Compañía de Jesús desde 1564.
El resto lo ocupaba un retamar y algunas huertas. Entonces la población sería de de unos 1300 habitantes.
 
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