Los llamados 'Pilones de Cádiz' son dos torres metálicas, una de 156 metros y otra de 160, situadas en la zona interior de la bahía de Cádiz, por ellas discurre los cables de conducción de electricidad de alta tensión.
Son de diseño hiperboloide de una sola hoja y su autor fue el italiano Alberto Toscano en 1957, dicho proyecto debe su fisonomía a la escasez de acero que hubo en la época y a la imposibilidad de poder importarlo debido a las sanciones económicas que sufría el país. Comenzaron las obras a finales del año 1957 bajo la dirección del también italiano Remo Scalla.
El diámetro de la base de la torre es de casi veintiún metros y en el extremo superior es de seis, la diferencia de ambos extremos se debe a su estructura cónica. Los travesaños que coronan las torres son de diseño romboidal y tienen una longitud de unos setenta metros aproximadamente, la distancia entre ambas torres es de mil seiscientos metros y la distancia mínima de los cables al mar es de cincuenta, se accede a lo mas alto de las estructuras por medio de una escalera helicoidal con algo mas de mil cien escalones que discurre por el interior, o bien por un ascensor que se puede apreciar por el exterior. La llamada "Torre de Puntales" se puede localizar en google mapas colocando estas coordenadas: 36°30'29.97"N 6°15'44.13"W , y la "Torre de Matagorda" en estas: 36°31'7.59"N 6°14'56.82"W
Se inauguraron en 1960 y pasado el tiempo, concretamente en 2000, con motivo de su cuarenta aniversario, fueron iluminadas desde el interior dándoles una vista insólita desde toda la bahía de Cádiz, lamentablemente, esta decoración fue efímera, ya que de haber seguido con ella, hubiese sido un atractivo que habría llegado a estas fechas.
En 1997, la torre de Puntales fue escenario de un curioso reto, donde el patinador Ramiro Naveros, patrocinado por el programa de televisión "¿Qué apostamos?", llegó a subir por sus escaleras provisto de patines en línea para hacer la prueba más dificultosa. En mayo de 2007 fueron declaradas bien de interés cultural.
Las personas que se aproximan a la ciudad pueden divisarlas desde bastante distancia gracias a sus cotas, aunque ahora también se pueden contemplar muy cerca de las veteranas torres, las puntas más elevadas del nuevo puente sobre la bahía de Cádiz, cuya altura sobrepasa los ciento ochenta metros.
!Ay, Antonio, qué de recuerdos me traes, chiquillo!
ResponderEliminarCrecí viéndolas. La iluminación de los entrañables Pilones, sería redondear aún más sus siluetas, y hermoseando todavía más nuestra bellísima bahía...
¡Qué bastinazo de entrada, miarma!
Un abrazo-
Mari Carmen.