La ciudad de Cádiz una de las localidades andaluzas que mejor representa el Estilo Neoclásico. Fue en el siglo XVIII, coincidiendo con el nacimiento del Neoclasicismo, cuando Cádiz alcanzó uno de sus momentos de mayor esplendor gracias al comercio con las Indias.
El neoclasicismo fue un movimiento artístico que reflejó los principios intelectuales de la Ilustración, se llamó Neoclásico a este movimiento porque representó una nueva vuelta a los valores clásicos, es decir: el retorno a la cultura de la antigua Grecia y Roma. Uno de los principales artífices de la edificación neoclásica en Cádiz fue Torcuato José Benjumeda y Laguada (1757-1836), aunque no fue el único ya que, entre otros, también estaban Miguel de Olivares, Juan Daura o Torcuato Cayón. Éste último padrino de Benjumeda.
El siglo XVIII fue llamado por muchos historiadores 'El Siglo de Oro' y Cádiz no se podía quedar atrás porque, fue tanta la importancia de la ciudad en aquella época, que llegó a ser la capital de España durante tres años durante el Asedio Napoleónico. Además, su población aumentó espectacularmente hasta alcanzar más de cien mil habitantes, cantidad similar a la que tiene hoy día.
En aquellos tiempos, Cádiz tuvo un ambiente cosmopolita por la presencia de comerciantes extranjeros, especialmente italianos y franceses que suponían casi el diez por ciento de la población. Estas personas trajeron el gusto por la arquitectura, la ópera y en general, todas las ideas de la Ilustración.
La Ilustración fue un movimiento que afirmaba que la razón humana era capaz de combatir la ignorancia y la superstición para construir así un mundo mejor, debido a este empeño de luchar contra la oscuridad de la ignorancia por medio de la luz de la razón, el siglo XVIII fue también llamado 'El Siglo de las Luces'