Pasión por Cádiz

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Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

sábado, 1 de junio de 2024

Cádiz hacia 1492.

 

Cádiz, la ciudad más antigua de Occidente, fue fundada en el 1100 a.C. por los fenicios con el nombre de Gadir, y vivió siglos de esplendor durante sus épocas cartaginesa y romana. Sin embargo, con la dominación musulmana se convierte en una simple aldea de pescadores hasta su reconquista por el rey Fernando III, en 1240, y la posterior repoblación llevada a cabo por Alfonso X el Sabio en 1262. 

Partimos por tanto de este hecho para centrar la visión de Cádiz como lo que será a partir de ahora, un puerto comercial decisivo para la Corona por su privilegiada situación geográfica. 

El rey Alfonso X hace venir pobladores leoneses, castellanos, catalanes y, sobre todo, vizcaínos y santanderinos; además de algunos extranjeros: portugueses, italianos y franceses. Así se empieza a fortificar la ciudad, donde se erigió en 1263 una sede episcopal y se convirtió en 1265 la mezquita musulmana en Catedral, con el deseo expreso del Rey Sabio de ser enterrado en el templo gaditano, deseo que no se vio cumplido a su fallecimiento. 

La repoblación cristiana, iniciada en otoño de 1262, se vio dificultada dos años después con la revuelta de los mudéjares, pero la decisión del Rey era definitiva: Cádiz debía convertirse en una importante base naval para la proyectada conquista del litoral norteafricano. Para ello se le concede el título de ciudad en 1268, así como un término municipal rico y extenso para asegurar su auto subsistencia, extendiéndose éste hasta los límites de Sanlúcar. Pero la instalación de pobladores fue lenta y complicada, por la amenaza constante de los benimerines que saquean las costas gaditanas repetidas veces desde 1275 a 1285. 

Además, Cádiz ve disminuir su importancia con la concesión de la Carta-Puebla al Puerto de Santa María, que se convierte en base militar y naval de primer orden; así como por la reducción de su término municipal por apoderarse Jerez de un sector importante de la Bahía. Por otro lado, a fines del siglo XIII, la ciudad queda cercada por las posesiones de Alfonso Pérez de Guzmán, que recibe la villa de Sanlúcar tras su heroica defensa de la plaza de Tarifa, donde muere su hijo por negarse a entregar la ciudad a los benimerines.

Con la hegemonía castellana establecida en la zona, el rey Enrique IV concede a Rodrigo Ponce de León, en 1470, el Señorío y Marquesado de Cádiz. Se inicia así una nueva etapa que se caracterizará por un tráfico comercial intenso y de forma monopolística con el norte de África. El auge que estaba tomando el comercio con Berbería comienza a atraer hacia la zona a un importante número de comerciantes genoveses, que vieron dificultada su actividad en el Mediterráneo oriental por el avance de los turcos, y que deciden instalarse en Cádiz. 

La influencia genovesa de la ciudad será desde el S.XV uno de sus rasgos más peculiares, y por ello es éste un hecho de singular importancia. A finales de siglo, Jerez era la más destacada de las ciudades de la provincia gaditana. Le seguían las villas señoriales de Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María, dedicadas a la pesca y a la exportación, sobre todo de vinos. Cádiz, con apenas mil cien habitantes, era la cuarta población de la provincia; pero su hora definitiva llegó en 1492.

Ya un año antes había sido utilizado su puerto como punto de partida de las expediciones que culminan la conquista de Canarias. 

Y si Cádiz fue descartado para el primer viaje de Cristóbal Colón parece ser que fue porque los Reyes Católicos prefirieron usar su amplio puerto para que salieran de allí los judíos expulsados. 

Se calcula que 150.000 abandonaron la península en 1492, la mayoría a través de Cádiz, que fue también utilizada por Pedro de Estopiñán en 1497 como base para la conquista de Melilla. 

Pero, a partir del descubrimiento del continente americano, el marco social, político y económico de España se vería profundamente alterado, y el futuro de Cádiz pasaría a depender decisivamente del nuevo rumbo que tomará a partir de ahora la política comercial de la Corona. Por ello, en 1493, a la muerte de Rodrigo Ponce de León, los Reyes Católicos negocian con sus herederos el cambio de la isla de Cádiz por otras villas del interior, pasando a convertirse ésta en ciudad realenga, concediéndosele el monopolio del comercio africano a fin de realizar un mayor control y fiscalización de la entrada de oro y mercancías en el Reino.




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