Beatriz Cienfuegos es la primera mujer periodista y articulista costumbrista de España, publicó 52 ediciones en 1763-64 de "La pensadora gaditana" fundada por ella. Era un periódico de tirada semanal hecho por mujeres y encauzado a un público femenino, de escritos originales y agudos que criticaban las costumbres femeninas y masculinas de la época que se hizo un lugar en el llamado Cádiz de la Ilustración.
Acerca de esta mujer se ha especulado mucho, ya que algunos creen que se cambió el nombre por un seudónimo, o que tomó el apellido de su madre, incluso que era un hombre, aunque bien es cierto que estaba prohibido por las leyes de entonces publicar con nombre supuesto o falso. Sus escritos contaban con la preceptiva licencia de impresión y difusión; por lo que se entiende que los datos que tenemos de Beatriz Cienfuegos son bastante aproximados a la realidad, y que, junto a Rosario Cepeda, fueron pilares básicos fundamentales para sentar las bases de lo que años posteriores fue la Constitución de 1812.
Su obra se recopiló en 1786 en cuatro tomos y su biografía puede concretarse en el prólogo de esta publicación (sic):
"Yo, señores, gozo la suerte de ser hija de Cádiz; bastante he dicho para poder hablar sin vergüenza. Mis padres, desde pequeña, me inclinaron a monja; pero yo siempre dilaté la ejecución; ellos porfiaron, y para conseguir el fin de sus intentos me enseñaron el manejo de los libros, y formaron en mí el buen gusto de las letras para lo que dándome maestros, con alguna aplicación mía, me impusieron en la latinidad. Se hacer un silogismo en bárbara y no ignoro que la materia primera no puede existir sin la forma; con estas bachillerías y seis años de reclusión en un convento, he salido tan teóloga, que todos en mi casa me veneran por una Sibila; yo bendigo la mesa en latín, rezo el Ángelus Domine cuasi en griego, y también les ofrezco a las ánimas responsos con su poquito de requiem eternam, y al oír esto mi padre, que es un honrado montañés me ha dicho muchas veces que si Su Santidad tuviera noticia de mi insuficiencia quizás por animar a las demás a estudiar me dispensaría para poder ser guardián, prior o vicario de alguna Comunidad de religiosos donde lucieran mis talentos ya en el pulpito, o en el confesonario..."
Admiro la valentía de Beatriz Cienfuegos cuando en su época estaba mal visto que una mujer fuera docta en algo, o que se dedicara a otros menesteres que no fueran los propios de su sexo. Igual era un hombre...da igual, dejó un legado y un ejemplo con su nombre de mujer.
ResponderEliminarPues enhorabuena por esta entrada tan escueta y completa. Saludos.
Una entrada magnifica de esta admirable y destacada mujer gaditana. Como nuestra amiga, Antonia, pienso sobre la enorme talla intelectual que debió tener para que en una época tan reacia a reconocer valores femeninos, fuera mujer notable en su tiempo.
EliminarEntiendo que debería tener mayor reconocimiento en la Historia, pero ahí estás tú, Antonio, al quite para hacerle homenaje merecedísimo como este.
Gracias por la dedicación, lo has bordado. En su día le hice el mío, mucho más modesto que éste...
Un abrazo.