Pasión por Cádiz

Mi foto
Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Plazas de San Antonio, Mina y San Juan de Dios

La cuadratura casi perfecta de sus plazas se nos presentan en Cádiz, sorpresivamente, en el angosto entramado de su urbanismo más histórico.  Entre ellas, son las de San Antonio, Mina y la de Candelaria las que nos ofrecen una arquitectura que ahora contemplaremos, dejando un poco más de lado las no menos históricas y bellas de San Francisco, Mentidero, Fragela, Catedral, Sevilla, San Agustin, España, Palillero, etc.

La Plaza de San Antonio, presidida por las airosas torres que se incorporaron en el siglo XIX a la primitiva traza barroca de la iglesia que le da nombre, ha sido tradicional escenario de fiestas, eventos y acontecimientos históricos, incluso sangrientos, como el acaecido el 10 de marzo de 1820 cuando las tropas absolutistas cargaron contra un público confiado que esperaba el acto de jura de la Constitución.





Lugar de asiento de la floreciente burguesia mercantil, esta plaza conserva construcciones tan interesantes como el palacete eléctico-historicista de la antigua Banca Aramburu, el Casino Gaditano, la casa de Don José Mª Pemán o la casa donde se intauró en 1812 lo que después sería la Lotería Nacional.





La de Mina, donde nació Manuel de Falla, de verdes acogedores que embelesaron a Victor Hugo, es una plaza levantada sobre el huerto del desamortizado Convento de San Francisco, en ella crecen interesantes especies arbóreas que dan lustre a sus jardines, en su centro existió durante años, un templete musical.



En su perímetro cuadrangular se suceden fachadas neoclásicas e isabelinas, entre las que destacan el edificio debido a Juan Daura que hoy es sede del Museo Provincial, con sus secciones de arqueología y pintura, entre cuyos fondos se encuentras los famosos sarcófagos antropoides de época fenicia y la colección del lienzo de Zurbarán procedentes, en su mayor parte, de la Cartuja de Jerez de la Frontera, o las pinturas del retablo del desaparecido Convento de Capuchinos, "Los desposorios de Sta. Catalina", de Bartolomé Esteban Murillo.



La Plaza de Candelaria, también llamada de Castelar por haber nacido este prócer en una de sus casas, fué solar destinado a atracciones teatrales y circenses antes de su reforma en los primeros años del pasado siglo XX.   En su arquitectura existen buenos ejemplos isabelinos y una singular construcción en hierro y cristal levantada en las postrimerías del siglo XIX.



Más abierta que las anteriores es la Plaza de San Juan de Dios, antigua Corredera, enfrentada al trajín de la zona portuaria y la bahía desde su ubicación de acceso al antiguo barrio de El Pópulo.  El ayuntamiento, junto al hospital, la casa Pazos de Miranda, e Iglesia de San Juan de Dios, son los edificios más interesantes en esta plaza gaditana de permanente animación ciudadana.




La casa consistorial fué levantada en 1799, sobre la anterior casa municipal y la antigua cárcel, de acuerdo con el proyecto de Torcuato Benjumeda, un arquitecto a quien Cádiz debe mucho de los logros urbanísticos que fueron diseñados para la ciudad a finales del siglo XVIII.  Su fachada, de tres plantas coronadas por la torre del reloj, presenta una decoración isabelina a base de guirnaldas y reproducciones de monedas que corresponden a la reforma que llevó a cabo Manuel Garcia del Álamo. 

En su interior son interesantes la monumental escalera, asi como la alcaldía y el isabelino salón de plenos, decorado con frescos de los hermanos Cavallini y media docena de lámparas entre las que destaca la de cristal de murano constituida por tres mil piezas en colores rojo y verde, y doce campanillas con los distintos sonidos de la escala musical con la que se dice que Manuel de Falla dió un concierto de agradecimiento por un homenaje recibido de sus paisanos.

2 comentarios:

  1. Creo haber escuchado que en la Plaza de San Antonio se celebró una de las primeras corridas de toros a pie, a diferencia de las de a caballo, que era como se celebraban anteriormente. Estos festejos taurinos, los organizaba el Cabildo para recaudar fondos, por ejemplo, para la reconstrucción de la antigua ermita de San Antonio, de donde posteriormente surgió la iglesia actual

    ResponderEliminar
  2. Qué bonitos apuntes el que has realizado sobre estas plazas gaditanas. Todas ellas son sin duda centros neurálgicos de nuestra historia, nuestra sociedad y nuestra economía; así como vitalistas núcleos de actividad y reuniones ciudadanas. Ante tanto trasiego como se puede contemplar en ellas,no me extraña que los visitantes se vayan de Cádiz, enamorados de nuestro particular bullicio y de la hermosura de nuestra tierra.

    Gracias Brigadier. Un abrazo.

    ResponderEliminar