Pasión por Cádiz

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Cádiz, Andalucía, Spain
AB ORIGINE SEMPER FIDELIS. IN PERPETUAM, SEMPER ET UBIQUEM GADES. QUI POTERS CAPERE, CAPIAT.

lunes, 1 de abril de 2024

Don Bartolomé Llompart Bello. Gaditano ilustre. Periodista.

 

Nació Bartolomé Llompart en Cádiz en el año 1911 y aquí cursó sus estudios, primero en San Felipe Neri, después se graduó en la Escuela de ‘El Debate’, dirigida por Ángel Herrera Oria

Más tarde, desarrolló su labor como periodista, a la vez que trabajaba en su puesto como funcionario en la Caja de Ahorros de Cádiz.

Comenzó en el periódico ‘La Información’, que en los primeros años de la posguerra se convirtió en semanario con el nombre de ‘La Información del lunes’, luego se denominó ‘Hoja del Lunes’ donde llegó a ser redactor jefe.  De ahí pasa a ‘Diario de Cádiz’. Fue un destacado articulista local y Presidente de la Asociación de la Prensa gaditana. Estuvo en activo más de cincuenta años en su ejercicio profesional, durante todo ese tiempo estuvo a disposición de cualquier persona que se le acercara o solicitase cualquier tipo de colaboración. 



Muy querido y respetado en Cádiz, gozaba de un gran prestigio ganado por su amabilidad, cortesía, y una sólida formación. La categoría y calidad de este hombre sería difícil de igualar. El ingenio y la gracia fina de Cádiz la emanaba en aquellos escritos que publicaba en la prensa, en este medio escribía en artículos, algunos de ellos con sección fija en una columna llamada “De ayer a hoy” sobre costumbres y anécdotas reales de la vida de la ciudad, donde interactuaba frecuentemente con un personaje ficticio llamado ‘Manué’  sobre temas gaditanos. 

En pocas ocasiones se ha registrado hacia una persona un cariño y una admiración tan amplios, sin distinciones de ninguna clase. Sus artículos y conversaciones estaban llenos de gaditanismo y de humor nunca hiriente.

Por ser un gran conocedor del folklore gaditano y de cualquier festividad que se desarrollase en la ciudad, escribió también numerosos artículos de Carnaval y Semana Santa, a la que denominó 'La Bella Escondida' en consonancia con la famosa Torre Mirador de Cádiz. También fue el primero que comparó a la ciudad de Cádiz con la de La Habana, cosa que luego inmortalizó Carlos Cano con su famosa 'Habaneras de Cádiz'.



Fue distinguido con un Antifaz de Oro en el Carnaval Gaditano de 1979, del que fue pregonero ese año, concedido como premio a la entrega la fiesta gaditana por excelencia por parte de letristas, directores de agrupaciones y músicos. El otorgado a Bartolomé Llompart tuvo un carácter extraordinario y su adjudicación fue aprobada por unanimidad.

Bartolomé Llompart Bello falleció el 19 de noviembre de 1983, dejando un hueco imposible de rellenar. 

La comparsa ‘Las quince piedras’ (1984) original de Enrique Villegas, le dedicó una cuarteta de despedida en su popurrí que decía así:






(Recitado) 

Y antes de que volvamos a nuestras aguas de La Caleta, 
antes de que termine la fantasía del Carnaval, 
quiero dejar constancia de mi recuerdo con esta letra 
al que fue gran periodista Don Bartolomé Llompart. 
Escritor de fácil pluma, ágil, profunda y salada, 
ameno conferenciante, 
hombre bueno y tolerante, 
una mezcla de finura y de gracia gaditana.

(Cantado por Alegrías de Cádiz) 

Está llorando 'Manué', 
a la puerta del Diario. 
Está llorando 'Manué' 
porque ha perdido al amigo, 
su amigo Bartolomé.  
Cuando se va un gaditano, 
Cádiz en el alma lo siente, 
cuando se va un gaditano, 
que Cádiz quiere a su gente, 
aunque lo exprese cantando.







miércoles, 6 de marzo de 2024

El Campo del Sur: Un paseo con historia en Cádiz.

 

El Campo del Sur, es un paseo marítimo emblemático de Cádiz, de aproximadamente 1300 metros de longitud y que va desde la antigua Cárcel Real (Hoy Casa de Iberoamérica) hasta el Baluarte de los Mártires, donde empieza la playa de La Caleta. Guarda en su nombre y entorno las huellas de su pasado. Su historia se remonta a varios siglos y está marcada por diferentes etapas.


El nombre original no era Campo del Sur, si no que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo: Paseo del Vendaval, Murallas del Vendaval, Murallas del Sur, Paseo del Sur, hasta llegar finalmente al actual.


La zona ha estado siempre vinculada al mar, siendo parte de la muralla defensiva de la ciudad. Estas murallas protegían a Cádiz de los embates del viento y del oleaje, sobre todo del proveniente del sur, de ahí su nombre original. 

También tiene edificios notables tales como la Cárcel Vieja (1794) obra de Torcuato Cayón y que hoy alberga la Casa de Iberoamérica; el Colegio de La Salle Mirandilla (1895) auspiciado por el filántropo Don José Moreno de Mora y Vitón, el Colegio 'Campo del Sur' (1930), de estilo regionalista con reminiscencias barrocas y una impresionante portada con torre a modo de campanario, obra del arquitecto Antonio Sánchez Esteve. 

Dejando atrás la antigua Cárcel Real y ambos colegios encontramos los vestigios del Teatro Romano de Cádiz, el segundo más grande de la Hispania Romana, superado solamente por el de Córdoba por escasos metros. El diámetro del graderío semicircular es de 118 metros y su aforo sería aproximadamente de diez mil espectadores y a día de hoy se encuentra en proceso de excavación. Probablemente, bajo el Campo del Sur yacen más vestigios de la antigua ciudad romana de Gades. 

También podemos admirar la parte trasera de la Iglesia de Santa Cruz, o Catedral Vieja, que data del año 1262 y que fue reedificada en estilo manierista y barroco en el siglo XVII. Junto a ella, la Torre del Sagrario, de planta cuadrada finalizada en 1692 y reformada en el s. XVIII por Torcuato Cayón. 

Al lado de la Iglesia de Santa Cruz, comenzamos a ver también por su parte trasera la Catedral de Cádiz, que comenzó a edificarse en 1722 según proyecto del arquitecto Vicente Acero, terminándose en 1838 pasando por diseños de Gaspar y Torcuato Cayón, Miguel Olivares, Manuel Machuca o Juan Daura.

También albergó una plaza de toros hecha de madera (La Hoyanca) que estuvo activa desde 1862 hasta 1914 y que estuvo ubicada junto a los colegios antes citados. O la Fundición de la empresa 'Compañía Anónima de Suministros Marítimos e Industriales' (1918) que ya provenía de otros antiguos talleres ubicados en la zona y donde incluso se llegó a fabricar un barco en 1905. Luego pasó a llamarse 'Talleres Manzano' (1941) cambiando luego a 'Vigorito' S.A. en 1950 hasta finales de la década de los setenta del pasado s. XX en la que desapareció, descubriéndose bajo este edificio el Teatro Romano que tratamos anteriormente.

A lo largo de los siglos, el Campo del Sur ha ido transformándose y adaptándose a las necesidades de la ciudad, pasando de ser una fortificación militar a un paseo marítimo desde donde se puede apreciar la inmensidad del océano a simple vista.

En enero de 1915, debido a los temporales que sufría la ciudad en esas fechas, se formó un socavón de más de treinta metros justo a la espalda de la Catedral, el desastre fue de tal calibre, que quedaron a la vista incluso los cimientos del propio edificio catedralicio. Haciéndose cargo de las reparaciones el Ministerio de Fomento que efectuó obras de emergencia por un importe de casi 250.000 pesetas de la época. Siendo visitadas los trabajos de reparación en marzo de ese mismo año por el entonces rey de España Alfonso XIII, repitiendo visita en 1917 en la finalización de las obras y normalización del lugar.

En 1948 se construyeron los característicos bloques de hormigón para reforzar la protección de la muralla frente al oleaje del sur. Dicha obra fue ejecutada por las Empresas 'Hidrocivil' y 'Morgades' financiada por el Ministerio de Obras Públicas encabezado entonces por el ministro José María Fernández Ladreda. Los bloques de hormigón se fabricaron a pie de muralla y fueron colocados por grúas en el asentamiento en el que hoy los contemplamos. 




Hoy en día, el Campo del Sur es un lugar de ocio y paseo para gaditanos y visitantes, ofreciendo unas vistas impresionantes de la ciudad y el mar.










jueves, 1 de febrero de 2024

Mis articulistas preferidos: José Ángel Agudo Domínguez.

 Arqueología tranviaria. Por José Ángel Agudo Domínguez.

En estas líneas quiero dar a conocer un tema muy poco tratado hasta el día de hoy, pero como amante que soy del mundo tranviario también me apasiona, y no es otro que el de los restos que aún perduran del tendido eléctrico de nuestra red de tranvías y trolebuses que circularon por nuestras avenidas, calles y plazas durante el siglo pasado.

Desde 1906 y hasta la terminación del servicio de tranvías en 1964 y de trolebuses en 1975 quedando sólo autobuses, existió en nuestra ciudad un tendido eléctrico aéreo que compartía el paisaje cotidiano de la misma.

La gran mayoría de ese tendido aéreo estaba soportado por postes de diferentes materiales según la época, pero hay también otros recorridos en que ese tendido se sujetaba sobre las fachadas de los edificios, incluso conjugando las dos alternativas de enganches sobre fachadas y postes.

Aquí comienza lo que denomino como encabezo este artículo: Arqueología Tranviaria, el trabajo lo inicio al rescatar los recorridos de las líneas desde principio de su puesta en servicio.

Está claro, que todo lo relativo al cableado que conducía la corriente eléctrica desde la central que se encontraba en las cocheras de la compañía en San Fernando y luego más tarde en Cortadura y que mediante el enganche de los ‘trolleys’ a la red daba movilidad al material móvil, fue retirado unos años más tarde de la terminación de cada concesión administrativa.

Pero en las fachadas de los edificios que aún no se han modificado sus antiguas estructuras, en otros pese a haberlo sido, se han seguido conservado los agarres del tendido eléctrico
 
Para localizar estos enganches de las tirantas del tendido, de los cuales aún sobreviven anclados a las paredes tres tipos de ellos y que he podido localizar, nos tenemos que ir a una distancia de 6,5 metros aproximadamente sobre el suelo que era la altura de la unidad móvil más el alzado del ‘trolley’ hasta el hilo cadmio conductor de electricidad, curiosamente algunos llevan en su lugar de emplazamiento más de 100 años y hoy en día aún perduran.

Lo más usuales suelen ser las argollas redondas, que son las que más números se conservan, los ganchos de tirantas y las rosetas, de cada modelo aporto una foto, para que el lector pueda hacerse idea de sus aspectos.

La confluencia de líneas en el Paseo Canalejas,  calles Lázaro Dou, Plocia y Cuestas de las Calesas, hacen de estos lugares los que más anclajes de los tres tipos se pueden encontrar, a pesar de que tras la restauración de la fachadas de la antigua Fábrica de Tabacos se perdieron todos, bueno todos no, queda uno a la salida de la Calle Lazado Dou, casi oculto que se les escapó y sigue en la misma recordando que esa calle fue un nudo muy importante de confluencias de líneas, las cuales la daban a la misma una vida cotidiana muy ajetreada en el ir y venir de los viajeros.

En esa zona y rodeando el Obelisco del Trimilenario existía lo que se denominaba un bucle aéreo, y en ella se daba el intercambio de varias líneas produciendo el salto de chispas que se desprendían de los ‘trolleys’, al cruce entre sí mismo de los hilos del tendido.

Todavía siguen en su lugar, algunos de los enganches de la línea número 2 que fue la primera en desaparecer y que cubría el recorrido desde la Alameda Apodaca al Balneario, efectuando por las calles Antonio López y Calderón de la Barca la subida y el regreso tras girar delante del Convento del Carmen por la Plaza de Arguelles a Plaza de España para incorporarse por el Paseo de Canalejas a la vía del Balneario.

Curiosamente las vías terrestres de estas calles se utilizaron para la ampliación de nuevas líneas, quedando los anclajes en las paredes de sus edificios como mudos testigos del tiempo del paso del tranvía por ellas. La Compañía para su instalación debió de solicitar permiso a los propietarios de las fincas, supongo que no pocos problemas encontrarían para ello.

En lo referente a Puerta Tierra, la calle Ciudad de Santander, conserva una importante cantidad de estos anclajes, ya que la misma era el paso de ida y vuelta de la línea de trolebuses que efectuaba el servicio de Diputación a San Severiano, es más aún se utilizan algunos para la colocación del cableado del alumbrado navideño, casi 80 años después siguen siendo útiles, incluso un anclaje de roseta que se encuentra a la entrada de la actual rotonda del antiguo puente de San Severiano del mismo permanentemente de él cuelga un cable de este alumbrado.

Para documentar este trabajo que ha consistido en llegar a tener una relación completa de todos los anclajes encontrados, así como su ubicación, aparte de hacer lo recorridos de las diferentes líneas que han estado en servicio en la ciudad, he utilizado también fotos del amplio archivo del que dispongo y otras cedidas por otros compañeros, que han permitido en muchos lugares, ir a los puntos concretos donde se encontraban los mismos. Terminemos como lo hacemos en el argot tranviario: 

¡COBRADOR, LA PRÓXIMA!


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lunes, 8 de enero de 2024

Mis fotos antiguas de Cádiz.

 Mis fotos antiguas de Cádiz. 

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El maestro nacional Don Sérvulo Miguel González, de la Escuela nº3 de la Plaza de San Martín. 

Innovador en los métodos pedagógicos de la época rompiendo las rutinarias prácticas docentes. 

Trabajando con grandes mapas, figuras geométricas, etc., para que los alumnos distingan por colores las provincias, regiones, aristas, planos, medidas... 

Según la prensa de aquella fecha, era una nueva forma de enseñanza que era mucho más instructiva y grata para el alumnado.

Cádiz 1928.